sábado, 31 de diciembre de 2011

Bendeciré al Señor con toda mi alma (Salmo 103,1-22)


Bendeciré al Señor con toda mi alma; bendeciré con todo mi ser  su santo nombre.
Bendeciré al Señor con toda mi alma; no olvidaré ninguno de sus beneficios.
Él es quien perdona  todas mis maldades, quien sana todas mis enfermedades,
quien libra mi vida del sepulcro, quien me colma de amor y ternura,
quien me satisface con todo lo mejor y me rejuvenece como un águila.
El Señor juzga con verdadera justicia  a los que sufren violencia.
Dio a conocer sus caminos  y sus hechos  a Moisés y al pueblo de Israel.
El Señor es tierno y compasivo;  es paciente y todo amor.
No nos reprende en todo tiempo  ni su rencor es eterno;
no nos ha dado el pago que merecen nuestras maldades y pecados;
tan inmenso es su amor  por los que lo honran como inmenso es el cielo sobre  la tierra.
Nuestros pecados ha alejado de nosotros,  como ha alejado del oriente el occidente.
El Señor es, con los que lo honran,  tan tierno como un padre con sus hijos;
pues él sabe de qué estamos hechos:  sabe bien que somos polvo.
La vida del hombre es como la hierba; brota como una flor silvestre:
tan pronto la azota el viento,  deja de existir, y nadie vuelve a saber de ella.
Pero el amor del Señor es eterno para aquellos que lo honran;
su justicia es infinita por todas las generaciones,
para los que cumplen con su alianza  y no se olvidan de obedecer  sus mandatos.
El Señor ha puesto su trono en el cielo,  y su reino domina sobre todo.
¡Bendigan al Señor,  ángeles poderosos!
Ustedes, que cumplen sus órdenes,  que están atentos a obedecerlo.
¡Bendigan al Señor todos sus ejércitos,  que lo sirven y hacen su voluntad!
¡Bendiga al Señor la creación entera,  en todos los lugares de su reino!
¡Bendeciré al Señor con toda mi alma! 


à El hombre es débil, por su origen y su inconsistencia. Pasa como la hierba del campo. Pero también es obra de Dios e hijo suyo.

à Dios es el Ser trascendente y todopoderoso, pero su grandeza auténtica es aquel poder que tiene él de amar sin límite, de alimentar la llama de su amor con su propio fuego. Lo propio de Dios es amar.  

à El cristiano descubre en este salmo resonancias numerosas:   Dios es indulgente, pues no sólo sabe que somos polvo, sino que lo quiso experimentar él mismo, al hacerse hombre y padecer el sufrimiento, la muerte y hasta la tentación.  

à Los bienes que nos llegaron por Cristo van mucho más allá de lo que esperaba el salmista. Pues la verdad del Evangelio y la gracia de la Redención nos llevarán hasta la vida eterna.   La permanencia de la Iglesia, la  de Jesucristo, los de ayer y los de hoy día y, por último, la experiencia que tenemos de Dios en nuestra propia existencia, he aquí algunos de los motivos por los que creemos y esperamos en Dios y celebramos su inmensa gloria.

1 comentario:

america dijo...

Bendito seas Señor ,Bendito sea tu santo nombre, bendito seas por todo lo creado, Bendito seas Señor por caminar a nuestro lado ,Bendito seas Señor por tu amor infinito que nos perdona, Bendito seas Señor por que nos has mostrado un camino ,bendito seas Señor porque aún quedan personas sencillas, que enseñan como tú, y nos muestran a un Dios cercano a nosotros, que nos escucha y nos acompaña , como la persona que escribió esta reflexión montbai.j Gracias Señor por eso , enséñanos a tomar conciencia de tu regalo abre nuestro corazón par que este mensaje lo podamos acoger,recordar y asumir como misón.