"Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por
Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una joven virgen que estaba
comprometida en matrimonio con un hombre llamado José, de la familia de David.
La virgen se llamaba María..."
Ya conoces el texto. Lo puedes ver completo en Lucas 1,26-38 y descubrirás que:
- Dios
interviene en el tiempo y en el espacio. No es un desentendido del mundo. Sigue
actuando, encarnado en quienes, como María, han aceptado su mensaje de
salvación.
- Es un mensaje de alegría: el Señor está contigo.
No tengas miedo. Ni un solo cabello de tu cabeza caerá si así no lo dispone el
Padre.
Alégrate porque has sido elegido/a
Alégrate porque voy a estar siempre contigo
Alégrate porque cuento contigo y confío en tu
respuesta favorable
Alégrate porque no
estás solo/a, porque te amo y no dejaré que te lastimen
Alégrate porque quiero darte otra oportunidad.
- Normal que te turbes, normal que tengas miedo.
Mis caminos no son vuestros caminos. Me salgo de la lógica. Puedo hacer de las
piedras “hijos de Dios”. ¿Qué temes?
- Aceptar
esos caminos es duro, porque no son
previsibles. Requieren una gran dosis de fe, de confianza en el Señor. ¿Cómo me
ha ido hasta ahora? La cercanía de Dios, según yo la entiendo me ha dado
alegría, optimismo, fuerza para trabajar, sentimientos positivos, creativos… Y
su lejanía todo lo contrario. Mi experiencia –humana- me dice que con el Señor
se está mejor. Pero…
- ¿Quién
como Dios… quién contra él? Tu sombra liberadora, la del éxodo, me cubrirá y
protegerá. La sombra que envuelve a toda la persona y le da ciertas
características… ¡¡Que tu sombra me proteja, Señor!!