Pero lo que era para mí ganancia, lo he juzgado
una pérdida a causa de Cristo... y las tengo por basura para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no
con la justicia mía, la que viene de la Ley, sino la que viene por la fe de
Cristo.
... Continúo
mi carrera por si consigo alcanzarlo, habiendo sido yo mismo alcanzado por
Cristo Jesús. Yo, hermanos, no creo haberlo alcanzado todavía. Pero una cosa
hago: olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante, corriendo
hacia la meta, para alcanzar el premio a que Dios me llama desde lo alto en
Cristo Jesús... Por lo demás,
desde el punto a donde hayamos llegado, sigamos adelante.
à Cuando Jesús entra por la fuerza en la vida de Pablo, le hace perder
todo, y Pablo en adelante considerará como peso muerto todo aquello de lo que
se enorgullecía.
¿De qué estoy orgulloso?
¿Qué “basuras” me resisto a perder?
à Olvidando sus méritos, olvidando lo que ya sabía de Dios, y
haciéndose disponible para nuevas experiencias.
¿A qué Cristo conozco? ¿Al de los libros? ¿Al de
las charlas pastorales?
¿De qué Cristo hablo?
à Quiero conocerlo. Pues lo más grande no es hacer milagros ni hablar
lenguas, sino conocer al que vive.
à Quiero conocer la fuerza de su resurrección. Todos quisiéramos sentir
la presencia de Dios y, de alguna manera verlo, pero sólo compartiendo los
sufrimientos de Cristo experimentaremos su poder.
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